Después de reunir el dinero necesario para pagar un aborto tras quedarse embarazada de su novio, un estudiante de intercambio polaco, la directora decide celebrarlo con una fiesta. A la fiesta acuden un vecino anciano que es intérprete de ska, unos pandilleros semijubilados, su desaseada compañera de piso, que es gay, y las omnipresentes chinches.