Hace 1.200 años, cinco familias cruzaron hacia el sur la Cordillera Cantábrica para poblar una zona elevada de montaña de brañas y osos. Para tal fin, el conde Munio Nuñez en nombre del rey astur Alfonso II, otorgó a estos nuevos pobladores de la Montaña Palentina una serie de privilegios, y les liberó de ciertas obligaciones dejando por testigo un documento pionero de gran relevancia histórica que posteriormente se conocería como la Carta Puebla o Fuero de Brañosera. Este hecho histórico dio lugar a un episodio trascendental que forma parte de los orígenes de Castilla.